miércoles, 8 de diciembre de 2010

¿COINCIDENCIA, DESTINO O SUERTE? Por Julia Schlagnitweit, austríaca

Mi abuelo es un hombre a quien le pasó algo muy raro. Cuando era más joven, a la edad de veinte o veintiuno, tuvo que luchar en la segunda guerra mundial como todos los jovenes del estado de Hitler. Cuando uno empieza su trabajo en el servicio del militar, te dan un número para identificarte. El número de mi abuelo fue/es 260142b.
Poco tiempo después de su entrada a la compañía militar, fue llamado para luchar en Rusia. Y, como pasa en la guerra, la compañía de mi abuelo fue atacada con bombas. Una parte de una bomba alcanzó a mi abuelo y él, de repente, perdió la conciencia. 
Cuando se despertó por primera vez después del incidente, tuvo dolores increíbles en su pierna izquierda. Mientras no sabía qué había pasado, los médicos se acercaban a su cama. Le dijeron que su pierna izquierda ya no estaba y que ellos habían tenido que amputarla porque la bomba la había roto toda. El día de la operación fue el veintiséis (26) de enero (01) del año mil novecientos cuarenta y dos (1942). Y ahora, ¡¡miren otra vez su número de militar!!


¿Coincidencia? No lo sé, ¡pero para mi abuelo no!
¿Destino? No lo sé, ¡pero para mi abuelo si!
¿Suerte? Depende. Debería decir que no, ¡pero para mi abuelo si!
El me explicó que si no hubiera sido herido, seguro habría muerto en la guerra como todos sus compañeros.
Ahora, cada veintiséis de enero, no hace cosas que no sean normales, porque es su día de "mala suerte". (una vez hizo una excepción -también un veintiséis de Enero- y aquel día tuvo un accidente en auto). Increíble, ¿¿no??


2 comentarios:

Nicolas dijo...

Hola Julia,

Es la Historia mas interesante que he
leído, o que me han contado.

Es una increíble coincidencia que muy pocas veces pasa, creo yo.

Tu abuelo debe contarles a todas las personas que conoce su historia de vida, debe ser un agrado escucharlo y verle la cara de emoción al recordar todo lo que vivió.

Si ves luego a tu abuelo, dale mis saludos.

Papayo dijo...

Buena historia esta. Recuerdo la primera vez que Julia me la contó: ella estaba en nivel intermedio de español, así que tardamos cerca de 2 horas en entendernos, jajaja, mentira. Para un sudaca como yo ya es increíble la imagen de un abuelo soldado de la segunda guerra (un abuelo chileno, a lo más, recibió una patada en el poto durante su servicio militar). Igual que Nicolás, le mando saludos al hombre. Adiós.